jueves, 10 de junio de 2010

¿Por qué los hombres las prefieren rubias?



Podrás negarlo y decir que a ti te van más las morenas, pero lo cierto es que el hecho de sentir atracción por las rubias (naturales o teñidas) es un fenómeno de largo historial. ¡Qué se lo pregunten a los peluqueros.


El propio Darwin quiso - intuitivamente - explicar el fenómeno 10 años después de la publicación del 'Origen de las Especies', aunque fue incapaz de encontrar datos que sirvieran de respaldo a su teoría de que el cabello rubio era un rasgo provocado por la selección sexual.


¿Cómo surgieron las rubias?

El debate sigue abierto, pero existe bastante consenso en que se debe a mutaciones en los genes involucrados en la producción de melanina. Las personas con bajos niveles de este pigmento cuentan con una mayor probabilidad de tener cabellos claros.
Aunque pudiera parecerlo, no existe un gen único que provoque el color del cabello rubio y de los ojos azules. Y sin embargo es bastante común que estas adaptaciones se expresen al mismo tiempo, ya que los genes para ambos rasgos se encuentran muy cerca, en el mismo cromosoma.
Algunos científicos aseguran que los humanos rubios y de ojos azules llevan muy poco tiempo entre nosotros. Estas adaptaciones, relativamente comunes entre los caucásicos, podrían haber surgido hace apenas 11.000 años.
Se cree que estos rasgos surgieron en las tribus del norte de Europa, y que se popularizaron por acción de la selección sexual.
La selección natural permite que las personas que sufren depigmentación absorban un mayor nivel de ratos ultravioletas, algo beneficioso para el organismo puesto que facilita la síntesis de la necesaria previtamina D3.
Es bien sabido que en el norte de Europa las horas de luz son mucho menos abundantes que en África, así que la teoría de la Selección Natural favorecería - desde el punto de vista de la salud - a los humanos que viajaron al norte y experimentaron esta mutación.


Pero volvamos al asunto de la selección sexual. Al final del paleolítico, las mujeres africanas y del sur de Europa podrían buscar frutas y vegetales y alimentarse (a ellas y a sus hijos) de este modo. De tanto en tanto los hombres cazarían presas con cuya carne equilibraban su dieta.
Las mujeres del norte de Europa, en cambio, habitaban tierras cubiertas en buena parte por el hielo, por lo que eran mucho más dependientes de la carne y de los hombres que la conseguían.
La carne no era fácil de conseguir. Aquellos cazadores nórdicos tenían que enfrentarse a bandadas de bisontes y mamuts, asunto peligroso y que provocaba muchas bajas. Por tanto, algunos científicos sugieren que en esos tiempos, la rivalidad sexual entre las hembras (más abundantes que los hombres) era muy grande.
La teoría sostiene que cuando los noreuropeos del Paleolítico tenían que elegir, preferían a las rubias. De este modo fue la selección sexual, la que hizo que los genes de la depigmentación se extendieran rápidamente entre aquellas poblaciones.
Pero el caso es que la depigmentación es un fenómeno que se da también entre tribus aborígenes no nórdicas que habitan ambientes donde no escasean los rayos del sol, por lo que en efecto parece que la teoría de que el papel de la selección sexual fue mucho más importante que el de la selección natural parece tener sentido.
De hecho, una persona que nazca albina en África central tiene a causa de la superstición muchas menos probabilidades de sobrevivir hasta la edad adulta que un pariente no depigmentado.

Los caballeros las prefieren rubias.
La pregunta es ¿por qué muchos hombres (incluídos aquellos cazadores nórdicos del paleolítico) parecen encontrar irresistibles a las rubias de ojos azules?
Algunos científicos creen que el secreto de las rubias, que suelen exhibir niveles más bajos de testosterona, radica en que poseen rasgos sexuales infantiles que suelen agradar a los hombres.
Entre estos rasgos se citan por ejemplo: narices y mandíbulas más pequeñas, barbillas acabadas en punta, hombros más estrechos, piel suave y menor cantidad de vello corporal. Además, es común que también exhiben rasgos de comportamiento infantil, como mayores niveles de energía y alegría.
Por si fuera poco, se cree que los hombres nórdicos preferían emparejarse con rubias para asegurarse la paternidad, con cierto grado de fiabilidad, de sus retoños. Es un hecho que los genes que expresan el cabello rubio y los ojos azules son recesivos, lo cual quiere decir que hace falta que tanto el padre como la madre cuenten con ellos para que los genes se expresen en su descendencia.
Así pues, si el típico nórdico rubio y de ojos azules se apareaba con una hembra paleolítica con estos mismos rasgos y el niño nacía con ojos pardos, el disgusto estaba asegurado.
Curiosamente parece que la popularidad de las rubias no ha decaído desde la última edad del hielo. ¿Qué cómo lo se? Pues... por el Playboy.
Aunque parezca mentira se ha llegado a estudiar el número de mujeres rubias que ocupan las páginas centrales en esta revista, para compararlo a otra clase de revistas en las que aparecen mujeres (como las de moda).
Y si, en efecto, el número de rubias que aparecieron en las páginas centrales de Playboy excede largamente el porcentaje real de mujeres con este rasgo en la población normal.


miércoles, 9 de junio de 2010

El robot ruso perdido en la Luna hace 40 años envía señales a la Tierra


Un equipo de físicos norteamericanos anunció el pasado mes de abril que había encontrado sobre la superficie de la Luna un instrumento que la Unión Soviética había perdido hace casi cuarenta años.
Se trataba del Lunokhod 1, un reflector enviado a bordo de la misión no tripulada Luna 17, que aterrizó sobre nuestro satélite natural en noviembre de 1970.
La sorpresa fue mayúscula, pero no se ha quedado ahí. Resulta que el reflector sigue funcionando y está enviando fortísimos pulsos de láser a la Tierra.


Como explica Judith de Jorge en ABC, los científicos están admirados, ya que resulta increíble que un viejo cacharro cubierto de polvo lunar todavía responda y pueda ser útil para investigaciones de primer nivel.
Incluso para buscarle las cosquillas a la Teoría de la Relatividad de Einstein.
«Apuntamos un láser hacia la posición del Lunokhod 1 y nos quedamos estupefactos por el poder del reflector», afirma Tom Murphy, de la Universidad de San Diego UC, quien dirige el equipo investigador que ha conseguido que el robot soviético vuelva al trabajo.
«Lunokhod 1 nos habla alto y claro», asegura satisfecho.La misión Luna 17, que llevaba a bordo el reflector láser de fabricación francesa, aterrizó sobre la superficie selenita el 17 de noviembre de 1970.


Fue uno de los grandes éxitos del viejo programa soviético de exploración lunar, cuyas hazañas fueron eclipsadas por las misiones Apolo norteamericanas.


La revista Time describría así el histórico aterrizaje:
«Tres horas después de alcanzar la Luna a bordo de la última sonda no tripulada, Lunokhod (literalmente, el caminante lunar), se desplazó pesadamente por una de las dos rampas de la nave nodriza y se movió hacia delante, dando así su primer paso».


El robot con control remoto viajó casi 7 kilómetros durante su gira de once meses lunares. Transmitió miles de imágenes de televisión y cientos de panorámicas de alta resolución.
Además, analizó muestras de suelo lunar en 500 puntos. Después, simplemente se perdió. El 14 de noviembre de 1971 se hizo el silencio, un silencio que se mantuvo hasta que el mes pasado la sonda de la NASA para el estudio de la Luna Lunar Reconnaisance Orbiter lo encontró de nuevo.
El 22 de abril, Murphy y su equipo enviaron pulsos de luz láser desde el telescopio de 3,5 metros de Observatorio Apache Point en Nuevo México, enfocando su objetivo gracias a las coordenadas proporcionadas por el LRO.
El reflector interceptó los pulsos y envió una clara señal a la Tierra.


La reacción principal de Murphy fue de incredulidad. «La señal era tan fuerte que pensé que no era posible, pero lo era», señala.
«Tenemos alrededor de 2.000 fotones del Lunokhod 1 en nuestro primer intento. Después de cuarenta años de silencio, este rover tiene mucho que decir».
El hallazgo servirá a los científicos para buscar desviaciones de la Teoría de la Relatividad de Einstein, para lo que miden con la precisión de un milímetro, aproximadamente el grosor de un clip, la órbita lunar.
Para ello utilizan los reflectores láser de luz colocados en la Luna por las misiones Apolo 11, 14 y 15 y otro soviético, el Lunokhod 2, aunque este último no funciona correctamente.
Los investigadores están entusiasmados con la idea de tener al Lunokhod 1 en marcha, ya que podrá proporcionar más información a su trabajo. Que además funcione mejor que su gemelo resulta un misterio.
Repitiendo las mediciones durante meses o años, los científicos podrán trazar la órbita lunar con una precisión milimétrica.

Información obtenida de periodistadigital.com

martes, 8 de junio de 2010

¿Hay vida en Titan?

Vida alienígena en Titán?

lun jun 07 09:11
Titan (Getty)
A primera vista podría parecer que Titán, una luna helada que orbita al distante y gigante anillado Saturno, es el lugar menos idóneo para encontrar pistas sobre el origen de la vida en la Tierra, pero lo cierto es que este mundo cuenta con todos los ingredientes para fascinar a los astrobiólogos.

Para empezar, es el único punto del sistema solar - además de la Tierra - donde existen grandes masas líquidas en superficie (aunque no hablemos de agua sino de metano). Además, este mundo es rico en hidrocarburos como amoniaco, etano, metano y benceno, sustancias todas precursoras de la vida.

Los científicos creen que esta luna envuelta en brumas podría ser una cápsula del tiempo que preservase las condiciones que la joven Tierra atravesó hace 4.600 millones de años.
En 2005, la sonda de la NASA Cassini dejó caer a su pasajera europea Huygens sobre la superficie de Titán, que tomó mediciones de la composición de su atmósfera y superficie.
Ahora, un equipo científico dirigido por Roger Clark de el organismo USGS (Inspección Geológica de los EE.UU.) ha estudiado esos datos de la Huygens para descubrir la ausencia de un componente que debería estar en su superficie: el acetileno.

Los expertos pensaban que la interacción de la luz solar con los hidrocarburos existentes en las capas altas de la atmósfera de Titán debería de crear una capa de acetileno que cubriera la superficie lunar, así que la sorpresa ha sido grande al no poder detectar este compuesto.

¿Y que significa esto?

Ahora empieza lo bueno. En el año 2005, un astrobiólogo de la NASA llamado Chris McKay sugirió la posibilidad de encontrar organismos alienígenas capaces de sobrevivir en las masas de hidrocarburo líquido a -180ºC, y que podrían obtener la energía consumiendo el acetileno (combinado con hidrógeno) que cae a la superficie después de formarse en la atmósfera.

Para Roger Clark, la ausencia del acetileno podría significar una prueba de la existencia de organismos con estas características. Obviamente esta posibilidad es altamente especulativa, pero ha hecho disparar la imaginación de los científicos, que creen posible un segundo nacimiento de la vida en el sistema solar con una química completamente diferente a la que encontramos en la Tierra.

Por si la ausencia de acetileno no fuera lo bastante alentadora, la semana pasada se publicó un segundo estudio que mostraba que el hidrógeno que cae de la atmósfera de Titán en forma de lluvia sobre los lagos desaparece en cuanto toca la superficie.
Este otro hallazgo también encajaría con la supuesta presencia de seres que "respiran" hidrógeno y "comen" acetileno en los lagos de metano. Como era de esperar, tras estos dos trabajos, el interés por visitar de nuevo este mundo ha subido muchos enteros.

¿Sigue sin interesaros Titán? Pues pensad esto, cuando dentro de miles de millones de años nuestro sol se hinche convirtiéndose en una gigante roja, que engulla a los planetas interiores (incluida la Tierra), Titán podría ser un lugar ideal para vivir.